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D.M. Rosell i Vilà en 1916 ya nos informaba que “el caballo ceretano poseía una seguridad al pie y una resistencia a la fatiga a toda prueba, veloz a la carrera, sobrio en alimentación, propio para la silla. Un excelente caballo de guerra. Gustaba más del jinete que del tiro, al cual era bastante refractario, pero el que cogía el collar con gusto no tenía competidor.

Hay datos históricos que en el Pirineo catalán, y especialmente en la comarca de la Cerdanya, se criaban caballos desde el siglo III aC. Desde la Edad Media hasta principios del siglo XX, los caballos y mulas de la Cerdanya fueron muy preciados en los mercados españoles, sobre todo en los de Valencia, Aragón y Castilla, a donde iban a parar la mayor parte de los efectivos equinos necesarios para la tracción animal, el transporte y el ejército (Cabús, 1988).

Pero, ¿que nos decían de nuestros caballos allá por el siglo XV?, fijaros en el libro de menescalia de Manuel Díaz (siglo XV) que nos describe los caballos catalanes de la siguiente manera (transcripción del texto original sin traducciones modernas):

"De la bellea quel cauall deu hauer.- Lo cauall deu hauer lo cap molt sech e descarnat: e lo front ample: e los hulls grans e eixits per a fora: e les celles planes e no gens grosses: e lo sobrehull inflat o rebotit per a fora: les orelles curtes e agudes e dretes o no gens penjades: les barres primes e molt feses e gran freu de la huna a la altra: en les galtes poca carn: les narils molt amples e que dins li veja hom vermellor: la boca ben fesa e lo morro dejus pus llarch quel de damunt e sb poca carn: lo coll deu esser prim e voltat per amunt, ample vers les espatles e que vaja aprimant fins al cap e quant sía al cap que sía molt prim: los clims no molt larchs ne spessos e que sían blans e prims: e que haia les spatles amples e largues e formades de carn: e los pits amples e exits per affora e redons ab canal per mitj. Lo golles amples mostrant departiment de les spatles: e lo sollar o dos curt e pla e no sía voltat per emunt ni per auall: e lo llom haia pla e ample e acanalat: les costelles haia amples e largues: lo costat redó en botit, lo ventre redó e gran peró amagat dins les costelles amasuradament: les yllades grans e amples a les anques amples e planes a queu com caygudes ab canal pel mitj e gran tret de nu a nu: les cuixes grosses e largues ab molta carn baix e dins e de fora: cua baixa e ferma ab gros mascle e prou cavells larchs fins a terra e que per negunes esperohades no la moga. E que la porte estreta dins les cuixes. E lo ses exit bescarnets e plans: les canyelles fretes e amples e sens nenguna carn mostrant tots los nirvis i venes: lo trabador molt curt ab molts cabells detras: los bracos quant lo cauall está junt sían molt pus amples de un a l'altre damunt vers los brahons que no dauall vers les mans. Les corones primes e peloses: e les mans lises e negres e redondes e de part de dins molt fondes e descaranades: lo taló ample a plà"

Si queréis ver dibujado el caballo de esta descripción podéis daros una vuelta por el Museu d’Art i Arqueología de Barcelona y buscar la pintura “Sant Vicenç en la foguera” (San Vicente en la hoguera), y otras pinturas, todas de los cuatrocentistas catalanes.

Durante mucho tiempo, la marina catalana ha ido a conquistar territorios transportando caballos en sus barcos. Especialmente señaladas son las gestas de los Almogávares, pero por el contrario ningún otro reino peninsular ha tenido nunca que transportar caballos, sus guerras siempre han sido sobre territorio peninsular.

Mencionamos alguno de estos hechos remarcables:

Hacia finales de 1228 una escuadra árabe, de las Baleares, capturó dos embarcaciones catalanas. Jaume I solicitó al balí, de Mallorca, Abu Yahya, una reparación económica; pero el balí aconsejado por los genoveses se desentendió. En el mes de diciembre, que se celebraron cortes en Barcelona, Jaume I, y los nobles, decidieron emprender una expedición de conquista contra Mallorca. Un grupo de prohombres catalanes presididos por Jaume I se reunieron en casa de Pere Martell, en Tarragona, para preparar la conquista de Mallorca (1228). Al año siguiente, el 5 de setiembre de 1229 la flota catalana salió de Salou, Cambrils y Tarragona formada por ciento cincuenta barcos de guerra.

El conde Nunó de Rosselló, Ramon de Montcada, señor de Tortosa, y Guillem de Montcada, vizconde de Béarn, desembarcaron en Sa Palomera (Hoy dia Sant Elm), el 5 de setiembre. Se dirigieron hacia Mallorca atravesando las montañas de Portopí, el 12 se encontraron con las tropas árabes en el Coll de sa Batalla. La caballería catalana, acaudillada por Guillem de Montcada, cargó contra los musulmanes; mientras la infantería retrocedía. Debido al mal planteamiento, la caballería quedó cercada por el enemigo, y cuando la infantería llegó, Guillem y Ramón de Montcada ya estaban derrotados y muertos.

Allá por los años 1276 los toloriuenses formaban parte conjuntamente con el Rosellón y el Capcir del reino de Mallorca, nuestro rey Jaume II disponía desde su castillo en Perpinyà la recuperación de su territorio insular mientras se defendía y incluso osaba atacar a su hermano el conde de Barcelona, Pere II el Gran, que por deseo de su padre el buen conde Jacme I, rey de Valencia, de Aragón, etc., había dividido sus reinos en dos partes. Las escuadras de Jaume II de Mallorca y de Cerdanya iban y regresaban de Mallorca a Perpinyà y muchas veces como sus descendientes disfrutaba de la protección del extraordinario puerto de Colliure y de  Montpeller.

Jaume II conde de Cerdanya, a donde pertenecía Toloriu, hizo una buena provisión de los magníficos caballos que se criaban en las valles pirenaicas entre la Cerdanya y el Ariège, eran unos caballos pequeños, tan solo de 1’45 de altura, rústicos, ligeros, sociales, capaces de resistir jornadas sin comer y comer cualquier forraje, eran los conocidos caballos catalanes o ceretanos, que pasaron a las islas. Después de 700 años estos caballos han generado unas nuevas razas: la Mallorquina y la Menorquina, que tan disfrute dan en las fiestas mayores de pueblos y ciudades de sus islas.

La elección del Papa Nicolás III el 1277 permitió ver la esperanza de una solución en el conflicto por el reino de Sicilia donde Constanza, la mujer de Pere II el Grande reclamaba los derechos hereditarios, pero la muerte de éste el 1280 y la elección del Papa pro francés Martín IV dio la vuelta a las cosas.

En la víspera de la Pascua de 1282 el noble siciliano, Joan de Procida y el pueblo de Palermo organizaron una revuelta contra los angevinos y Carlos de Anjou, revuelta conocida como las Vísperas Sicilianas. Durante esta revuelta, que se escampó por toda la isla, todos los franceses de la isla fueron asesinados. Una delegación de sicilianos, acudió a Pere el Grande, que entonces estaba en el norte de África y le ofrecieron la corona; el rey Pere zarpó del puerto Fangós, el 7 de junio de 1282, y acompañado por almogávares; desembarcaron en el norte de Túnez, donde, el rey, recibió a los embajadores. A principios de agosto el rey catalán desembarcó en Tràpena (Trampani), donde fue recibido como un héroe y permaneció hasta el 29 de agosto. El 4 de setiembre llegó a Palermo, allá se enteró que Carlos de Anjou estaba asediando Messina, y envió dos mil almogávares con su caballería mientras él se quedó en Palermo para formar un ejército. El obispo de Cefalú lo coronó rey de Sicilia el 8 de setiembre. El 2 de octubre, el rey Pere, llegó a Messina, cuando Carlos de Anjou ya había abandonado el asedio.

Alfonso el Franco, ya como rey, convocó Cortes en Huesca por el 18 de octubre de 1286. En estas cortes se decidió la conquista de Menorca, que seguía bajo el dominio musulmán. El 22 de noviembre zarparos del puerto de Salou, más de cien naves, con veinte mil hombres a bordo y caballos ceretanos. La flota hizo escala en Mallorca, en donde pasaron las navidades. El 5 de enero de 1287 la escuadra fondeó en la isla de los Conejos (Conills), ahora llamada isla del Rey, cerca de Maó. El 17, las tropas catalanas, desembarcaron cerca del puerto, asediando la villa de Maó, que fue entregada de manera inmediata. El raís Abu Umar se hizo fuerte en la fortaleza de Santa Águeda, en el centro de la isla. Abu Umar, al verse sin salida pactó rendición con Alfonso el Franco. El 21 de enero, los dos, firmaron el pacto, conocido como “de saint Agaiz”. Abu Umar, consiguió el exilio para él y doscientas personas de su entorno. Mientras que el resto de habitantes de la isla se convertirían en esclavos del rey. El 22, Alfonso el Franco entra en la “Mandinat Minurca” (Ciutadella-Ciudadela), dando por acabada la conquista de la isla. En 1295, después de la muerte de Alfonso, Jaume III de Mallorca, recuperó las islas, incluida la de Menorca.

A la primera campaña de Nápoles Alfonso IV de Cataluña llamado el Magnánimo organizó una escuadra de 16 galeras y 8 barcos menores, cada galera se preparó para transportar más de 100 caballos; en la expedición de 1433 llevaba más de 6000 caballos dentro de los barcos.

Llegó el 3 de agosto de 1492 y el almirante Joan Cristòfor Colom salió desde el puerto de Pals (Girona) con tres barcos para realizar un viaje de reconocimiento de las tierras que conocía más allá de las torres de Hércules, pero en el segundo viaje que salió el 25 de setiembre de 1493 del puerto de Barcelona nos consta que contó con diecisiete barcos, tres de gran tonelaje (carracas) y catorce carabelas con 1200 hombres: 500 marineros y 700 pasajeros, cargadas de semillas, alimentos, bastantes caballos, cerdos, herramientas, etc. Todo lo necesario para colonizar las nuevas tierras, es decir, transportó caballos catalanes o ceretanos a las nuevas tierras de forma natural, tal como hacían desde hacía años los almirantes catalanes.

Esta es pues, la primera vez que ponen pie en el continente desconocido caballos, caballos que nunca habían poblado el gran continente americano, ni tan solo por el norte se tiene conocimiento de que los mongoles, hayan dejado caballos en la parte helada del continente.

Sucesivos viajes fueron llevando caballos que es quedaban en la Hispaniola (Santo Domingo y Haití) algunos pasaron a Cuba, Jamaica, etc. Pero no en tierra firme que tenían prohibido colonizar.

I ahora nos preguntamos ¿qué tiene que ver estos viajes oceánicos con los caballos catalanes o ceretanos?, sencillamente, que son el origen del actual caballo mustang, que el gobierno de los EEUU ha tenido que proteger para evitar su extinción como pasó en casa nuestra.

La gran expansión americana del caballo mestenc (nombre del cual deriva mustang) al continente americano se origina por la llegada del príncipe Ferran de Aragón, rebautizado por la histografía castellana por Hernan Cortes en la conquista de México. Ferran y sus dos capitanes Josep Grau, barón de Toloriu y Joan Grau de la capital de la subveguería del Baridà, transportaron, como hacían los navegantes catalanes desde siempre, hasta tierra firme 11 caballos y 5 yeguas ceretanos, las propias de sus ejércitos, que si bien representaba una ridícula caballería, esta por su impacto delante de los indios nunca habían visto ciervos tan extraños  fueron determinantes en muchas batallas.

Con todas las prevenciones de la obra falsificada de Bernal Diaz del Castillo, este nos dice: “los de a caballo estaban tan diestros y hacianlo tan varonilmente, que, después de Dios, ques el que nos guardaba, ellos fueron fortaleza”.
Después de conquistar Tenochtitlán, el príncipe Ferran Cortes otorgó encomiendas entre la gente que le acompañaba y se va realmente iniciar la colonización de la tierra firme y por lo tanto la cría de caballos en la América del norte. El 1521 se establece el Virreinato de la Nueva España que fue el foco de las conquistas y expediciones del nuevo continente. Todas las incursiones terrestres llevaban caballos, estos muy a menudo se extraviaban o sencillamente se perdían, encontrando unas bastas pasturas donde reproducirse en libertad y formar las manadas salvajes de los mustangs.

Durante la colonización del norte de América muchos de estos caballos ceretanos quedaron en libertad y fueron formando pequeñas manadas que llenaron las  estepas americanas de caballos libres, caballos mestencs ceretanos.

Los nativos (los indios americanos) fueron los primeros en domar y tratar con estos caballos, aunque muchas tribus no se atrevieron a criarlos. Si que fueron muy hábiles los indios Chickasaw o Cherokee con los caballos pintados y más tarde los indios Nez Percé con los caballos moteados. Los colonos europeos también capturaron algunos ejemplares. A partir del siglo XIX los estados del sur empiezan a hacer cruzamientos con caballos franceses y alemanes, más altos y corpulentos mientras que las manadas mestencas seguían creciendo en las estepas.

A principios del siglo XX los mustangs llegaron a una población cercana a los dos millones de ejemplares. Se convirtieron en un problema para los ganaderos, ya que competían con su ganadería por las pasturas. Empezó su caza de forma despiadada con el visto bueno de las autoridades y a finales de los años sesenta el número de los mustangs había disminuido hasta unos 320.000. Reconociendo el problema en 1971 el Congres o estadounidense aprobó una Ley que declaraba al mustang especie protegida.

Nuestro caballo catalán o ceretano tiene registro racial con las siguientes características:
Talla: 1,45 m de altura como media a la cruz.
Peso: alrededor de los  400kg, resulta pesado y  masivo para su medida.
Color: negro profundo (Los potros nacen de color negro, gris plateado o café con leche).
Crin: abundante, dura y a menudo ondulado.
Cabeza: muy expresivo.
Cuello: de longitud media, bien dirigido.
Pecho: bien abierto.
Espalda: medianamente larga, con suficiente inclinación.
Cruz: bastante salida y prolongada hasta la parte final
Lomo: sólido, amplio y musculoso, apto para los trabajos de campo.
Grupa: redondeada y con la coa implantada baja, como es habitual en les razas ibéricas

Por otra parte definen el mustang como un caballo pequeño pero muy vigoroso y valiente. Con el cuello corto y la cabeza pequeña, el mustang posee unos ojos expresivos y una test rectilínea. Posee una grupa baja y unos miembros secos y duros. Mide entre 1’35 metros y 1’55 metros. Es un caballo rápido, fuerte, capaz de sobrevivir en regiones áridas y montañosas alimentándose únicamente de plantas leñosas y matorrales espinosos. Animal que bebe poco, resiste tanto los calores secos como fuertes fríos.

Esta es la huella que silenciosamente han dejado los caballos catalanes en el nuevo mundo, los caballos libres que se escaparon de la doma, de los cruzamientos con los posteriores caballos traídos desde Alemania y Castilla. En nuestra casa si aún queda algún caballo ceretano éste está escondido por algún recóndito rincón, ¿Habría que recuperarlo?. (La Asociación ACCRA de Cataluña de forma tímida se dedica a su cría).

Damos las gracias a los catalanes bajo el dominio del estado francés que en los tranquilos valles del Arièg ha sabido mantener la raza que ahora ha tomado el nombre de de Merens, unos caballos preciosos que al trote ondean su crin negra sobre las verdes pasturas de sus valles.

 

CABALLOS CERETANOS ORIGEN DE LOS MUSTANG
Escut de Toloriu